Por Andrea Luna
La tarde del pasado sábado 3 de Julio, elementos de la fuerza civil asesinaron a dos niños identificados como Lalo y Jonathan de 14 y 13 años.
Los trágicos hechos ocurrieron en la comunidad de Amatlán, Veracruz. Los menores buscaban ganarse unos cuantos pesos, por lo que su tío ofreció pagarles a cambio de que lavaran su camioneta.
De acuerdo a la versión que dio el tío de las víctimas, éste dijo que comenzó a escuchar disparos, fue entonces cuando la policía ingresó a su casa y exigió saber dónde estaban los demás delincuentes, por lo cual éste les corrigió e indicó que sus sobrinos eran inocentes y que no había nadie peligroso en su hogar.
Pero cuando se fue la policía, el tío descubrió los cuerpos sin vida de sus sobrinos. La policía había disparado contra ellos.
Las versiones policiales fueron que hubo un reporte de dos vehículos con gente armada, por lo que argumentaron que, tras montar un operativo, estos localizaron supuestamente a los sospechosos (los dos menores que lavaban el coche de su tío), pero que al intentar detenerlos se registró un persecución y balacera.
A raíz de esa insólita declaración por la que pretendían justificar el crimen de los dos menores, provocó que la gente saliera a manifestarse, pues testigos de los hechos aseguraron que no hubo persecución y que el ataque fue directo hacia los niños y la casa donde se encontraban.
Los manifestantes bloquearon parte de la carretera Córdoba-Veracruz, pero granaderos de la policía usaron gas lacrimógeno, macanas y escudos para deshacer protesta.
Los habitantes denunciaron abuso de la fuerza civil y piden ser escuchados para frenar este tipo de actos en los que policías se exceden en sus funciones.
